Siete de cada diez alertas que lanza la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) son focos de Influenza Aviar (IA) o Peste Porcina Africana (PPA), unas enfermedades que siguen expandiéndose por el mundo y cuya amenaza de llegada sigue plenamente vigente para España.
Desde que arrancó el año, la OIE ha lanzado cerca de 150 notificaciones o informes de seguimiento y el 70 % de ellas son referentes a esos dos patógenos (43 de PPA y 60 de IA).
En el caso de la PPA (enfermedad no transmisible a humanos) destaca su asentamiento en países como Hungría, Rumanía y Moldavia, así como su llegada a Alemania, la zona afectada geográficamente más cercana a España.
En cuanto a la influenza aviar, la cepa H5N8 (tampoco transmisible a humanos) es una de las más presentes actualmente.
España, a día de hoy, está libre de PPA y en cuanto a gripe aviar se notificó a finales de noviembre un caso de H5N8 en un halcón peregrino en Cantabria que no afectó a granjas de producción.
Su llegada a un país no es tan relevante desde el punto de vista de la salud pública, al no ser zoonóticas, como en el aspecto económico, porque al sector ganadero e industrial le supone limitar sobremanera las posibilidades de exportar.
Amenaza de influenza aviar “siempre hay”, asegura a Efe el presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de España, Luis Alberto Calvo, porque puede llegar por el aire y España es además zona de paso de aves migratorias que, en su recorrido, podrían entrar en contacto con aves domésticas.
Para esquivar estos riesgos, y ante la proliferación de focos en el norte de Europa, el Gobierno español elevó en noviembre el nivel de vigilancia y bioseguridad en las granjas, restringiendo la cría al aire libre salvo que se pueda asegurar que no entran en contacto con las silvestres.
Cumplir con las rutinas de análisis serológicos en granjas, avisar a las autoridades sanitarias en caso de encontrar aves salvajes moribundas o reforzar la bioprotección de las explotaciones son claves, subraya, para reducir el impacto de la llegada de este virus.
A pesar de todo, Calvo no descarta “en absoluto” nuevos casos de gripe aviar en España, aunque el objetivo es “que no llegue a afectar a la producción” ganadera.
La proliferación de focos en zonas de Francia limítrofes con España es algo a tener en cuenta, pero incide en que en la gripe aviar “están igual de cerca otros focos más lejanos geográficamente” al poder ser transmitido por aves migratorias.
“Hay que estar, en todo caso, muy preparados para detectar la enfermedad y atajarla inmediatamente”, subraya.
Para Calvo, la llegada de la Peste Porcina Africana “sí que sería dramática”, porque tendría un “impacto bestial” en España por el peso del porcino en su economía “e incluso en el PIB”.
En este caso, la transmisión no es tan fácil como en la influenza ya que aquí es por un contacto más directo.
También son primordiales medidas de bioseguirdad como las aplicadas a los transportistas internacionales para que no puedan propagar el virus entre territorios o evitar el contacto entre los cerdos domésticos y los jabalíes.
En ese sentido, la producción en intensivo permite un control “más a rajatabla” que en extensivo, donde los animales al pastar libremente tienen posibilidades de contacto con jabalíes.
Asegura que el riesgo de PPA en España “siempre existe”, pero espera que, antes de su hipotética llegada, la ciencia consiga desarrollar una vacuna efectiva sobre la que se está trabajando.
Tanto en la PPA como en la influenza, evitar el contacto con la fauna salvaje es crucial.
En el caso de la peste porcina, España tiene el problema de la superpoblación de jabalíes, lo que hace que “haya muchas más posibilidades” de la propagación de este tipo de enfermedades.
Según los datos del Sistema de Notificación de Enfermedades Animales (ADNS) de la Unión Europea, en 2020 se notificaron 1.240 focos de PPA en cerdos domésticos por los 11.027 en jabalíes.
En el caso de la gripe aviar, se detectaron 442 focos en granjas y 756 en aves salvajes.
Fuente: Agencia EFE / Juan Javier Ríos