Desde el 1 de mayo del 2021 se han confirmado brotes de influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) en aves de corral y silvestres, en 41 países de diferentes regiones. Con presencia en la actualidad en África, Asia y Europa, la enfermedad representa una amenaza para la estabilidad económica, la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia.
En los últimos años, numerosos subtipos de los virus de la IAAP circularon en diversas poblaciones de aves en una amplia escala geográfica. En 2021, la notificación de una variante genética sin precedentes de los subtipos generó un panorama complejo desde el punto de vista epidemiológico. Los subtipos H5N1, H5N3, H5N4, H5N5, H5N6 o H5N8 circulan actualmente en las poblaciones de aves de corral y silvestres de todo el mundo.
Durante el pasado mes de octubre, ya se notificaron alrededor de 16.000 casos de IAAP en aves domésticas y silvestres, lo que indica un aumento del riesgo de circulación del virus. En pocos casos, la enfermedad también representa un riesgo para la salud humana y, hasta el momento, se han asociado algunos casos humanos recientes al subtipo H5N6, actualmente en circulación. Por lo tanto, la influenza aviar constituye una de las prioridades de la Alianza Tripartita (FAO, OIE y OMS) y se trata en base al enfoque ‘Una sola salud’.
“Es fundamental que los países efectúen una notificación oportuna de los brotes a la OIE, con el fin de seguir con precisión la evolución y la propagación de esta enfermedad transfronteriza. Están sujetos a notificación todos los casos de IAAP identificados en aves de corral y en especies no avícolas, incluida la fauna silvestre. La obligación actualizada de notificación entrará en vigencia el 1 de enero de 2022. Además, se solicitará a los países que notifiquen las infecciones por el virus de la influenza aviar de baja patogenicidad identificado en aves domésticas y silvestres cautivas, que hayan demostrado una transmisión natural a los seres humanos asociada a repercusiones sanitarias de gravedad”, señala la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).
Dadas las repercusiones de la enfermedad sobre los ingresos de los avicultores y sobre el comercio internacional, el sector de la sanidad animal debe implementar estrictas medidas de bioseguridad en las granjas, el comercio y los mercados de aves vivas para evitar así su propagación. Por ejemplo, se recomienda encarecidamente aislar las aves infectadas de las sanas y limpiar y desinfectar las instalaciones avícolas. Además, para mitigar los brotes en las aves de corral domésticas y prevenir la introducción del virus en las parvadas, es fundamental una planificación adecuada y la implementación de programas de vigilancia de las aves silvestres, así como la aplicación de medidas destinadas a evitar el contacto directo o indirecto entre las aves domésticas y las silvestres.
Por lo tanto, la OIE insta a los países a mantener sus esfuerzos de vigilancia y a seguir notificando oportunamente los brotes de influenza aviar tanto en las aves de corral como en las especies no avícolas, incluidas las aves silvestres.