La ola de gripe aviar altamente patógena está golpeando Europa, además, ha llegado a los Estados Unidos, donde se han registrado casos en aves silvestres en los últimos días.
Ahora, el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal (APHIS) del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) ha confirmado la presencia de influenza aviar de alta patogenicidad en una granja comercial de pavos en el condado de Dubois, Indiana. Este es el primer caso confirmado de IAAP en aves comerciales en los Estados Unidos desde 2020.
Las autoridades estadounidenses recuerdan que la gripe aviar no presenta un problema inmediato de salud pública. “No se han detectado casos humanos de estos virus de influenza aviar en los Estados Unidos. Como recordatorio, el manejo y la cocción adecuados de las aves y los huevos a una temperatura interna de 74 ºC mata las bacterias y los virus”, apuntan.
Las muestras de la granja afectada, que experimentó una mayor mortalidad, se analizaron en el Laboratorio de Diagnóstico de Enfermedades Animales de Indiana en la Universidad de Purdue, parte de la Red Nacional de Laboratorios de Salud Animal, y se confirmaron en los Laboratorios Nacionales de Servicios Veterinarios (NVSL) de APHIS en Ames, Iowa. El aislamiento del virus está en curso.
APHIS explica que está trabajando en estrecha colaboración con la Junta de Salud Animal de Indiana en una respuesta conjunta a incidentes. “Los funcionarios estatales pusieron en cuarentena las instalaciones afectadas y se despoblaron las aves de la propiedad para evitar la propagación de la enfermedad. Las aves no ingresarán al sistema alimentario”, señalan.
Como parte de los planes de respuesta a la gripe aviar existentes, funcionarios federales y estatales están trabajando conjuntamente en vigilancia y pruebas adicionales en el área cercana.
“Estados Unidos tiene el programa de vigilancia de gripe aviar más fuerte del mundo, y el USDA está trabajando con sus socios para buscar activamente la enfermedad en las explotaciones avícolas comerciales, los mercados de aves vivas y las poblaciones de aves silvestres migratorias”, aseguran.
Cualquier persona involucrada en la producción avícola, desde los animales de traspatio hasta los grandes productores, debe revisar sus protocolos de bioseguridad para garantizar la salud de sus aves.
El USDA ha adelantado que informará de este hallazgo a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), así como a sus socios comerciales internacionales. Además, continúa comunicándose con socios comerciales para fomentar el cumplimiento de las normas de la OIE y minimizar el impacto económico.
“Las pautas comerciales de la OIE hacen un llamamiento a los países para que basen las restricciones comerciales en ciencia sólida y, siempre que sea posible, limiten las restricciones a aquellos animales y productos animales dentro de una región definida que presenten un riesgo de propagación de enfermedades de interés”, añaden.
Asimismo, recuerdan que, además de practicar una buena bioseguridad, todos los propietarios de aves deben evitar el contacto entre sus aves y las aves silvestres y reportar las aves enfermas o las muertes inusuales de aves a los funcionarios estatales o federales, ya sea a través de su veterinario estatal o poniéndose en contacto con el USDA.