El sistema pesa en tiempo real los pollos de cada lote indicando el valor promedio, el peso del 10% más pesado y el del 10% con menor peso, además guarda las estadísticas e indica las tendencias, entre otros parámetros.
La evolución de las cámaras de muy alta definición, y sus costes más que accesibles, está facilitando que las cámaras ya no sean simples “ojos en la granja” sino que junto a los avances en inteligencia artificial está comportando un aumento de las iniciativas para no ya solo proporcionar vigilancia sino hacer seguimiento y medir el confort ambiental, peso y otros parámetros en nuestras aves de producción.
Estos sistemas que combinan reconocimiento visual junto a inteligencia artificial ya se están probando en robots avícolas que “patrullan” las naves avícolas o en sistemas de videocámaras fijas. Sus ventajas son incuestionables ya que monitorizan 24×7 todos los parámetros de bienestar de los pollos y permiten correlacionarlos con aquellos comportamientos que además consiguen los mejores rendimientos productivos.
En este caso, la start up británica, Pondus, utiliza imágenes analizadas por un software único para determinar el peso de los pollos de engorde dentro del galpón. También puede alertar al avicultor si las aves se están acurrucando, lo que puede indicar un problema de control ambiental o una enfermedad.
Actualmente el sistema informa con una tasa de error del 5%, pero la precisión mejora mes a mes conforme va realizando mayor número de mediciones y a medida que se va refinando el elemento clave: el software.
Una alternativa al pesaje manual o las básculas
El sistema se está desarrollando como una alternativa al pesaje manual de aves o al uso de básculas automáticas. Entre sus ventajas destaca que es menos estresante para las aves, para el avicultor, y que permite conocer día a día, hora a hora, la evolución del peso de los pollos y anticiparse a patologías o problemas medioambientales al ver si estamos acercando o alejando de la curva de crecimiento de esa estirpe indicada por la empresa de genética.
Un multiplicador de la eficiencia del trabajo del avicultor
Este sistema ya tiene en la actualidad varias granjas en el Reino Unido e Irlanda que ya utilizan la tecnología y ahora está buscando expandir su base de usuarios. La instalación del sistema es sencilla, con sistemas de cámaras estándar suficientes para que el software genere datos.
Iniciativas multidisciplinares
Tanto en el caso de esta start up británica como en otros sistemas parecidos, los equipos fundadores son multidisciplinares con expertos en el campo de las aplicaciones modernas de visión por computadora, inteligencia artificial y aprendizaje automático. La clave está no ya en el hardware, las avanzadas cámaras, sino en el software y la mejora continua del mismo combinado la aportación de los desarrolladores con sistemas de inteligencia artificial con aprendizaje automático.
Que tener en cuenta a la hora de considerar adquirir uno de estos equipos
A la hora de considerar la adquisición de un sistema de este tipo es crítico saber quién hay detrás, de nada sirven las mejores cámaras o robots del mundo si detrás no hay una empresa que haga I+D de manera continuada y que las mejoras desarrolladas las actualice entre los avicultores con sus equipos. Salvando las distancias, es cómo si comprásemos un ordenador con Microsoft o Apple pero luego no fuésemos actualizando el software.
Interés de los grandes
Muy importantes empresas de nutrición animal o genética han acabado comprando acciones o invirtiendo en este tipo de start ups ya que , al ser empresas muy pequeñas y muy focalizadas, les permite acelerar el desarrollo “data analytics” de sus mejoras zootécnicas. Otra ventaja adicional es que para los desconfiados animalistas estos sistemas permiten hacer una trazabilidad total del bienestar total con que se han criado esas aves.