Autor: Gonzalo Moreno – Presidente FENAVI
La dinámica de la producción avícola viene contribuyendo a la reducción de precios de la canasta familiar, hasta el mes de julio del presente el IPC del pollo se incrementó en 4,5% cuando para el mismo período del año anterior fue de 11,41%.
En el caso del huevo, llegó a 0,42% y un año atrás estaba en 18,42%. Resultado especial si tenemos en cuenta que en el consumo per cápita de los colombianos de los productos avícolas ha estado por encima de su tendencia. En efecto, en el caso del huevo se pasó de un incremento en 30 unidades al año entre 2016 y 2019, a 43 unidades en los últimos cuatro años. De igual forma, en el renglón de pollo, con un incremento de 2,6 a 3,8 kilos en el mismo período.
Analizadas las particularidades de la oferta en el corto plazo, es necesario conocer qué ha pasado con los costos de producción. El escenario de precios internacionales de materias primas fue positivo en tanto se rompió la tendencia alcista en los precios del maíz y fríjol soya, sin que se logre restablecer a los niveles observados en los de antes de la pandemia.
En el primer semestre del 2023 el precio promedio del maíz amarillo se redujo en 7,9%, al pasar de US$343 a US$ 316 por tonelada, no perdamos de vista que antes de pandemia se situaba en una media inferior a los US$ 200 por tonelada. Por su parte, en el fríjol soya otro insumo clave en la producción del alimento para las aves, el precio se redujo en 5,0%, al pasar de US$642 a US$610 por tonelada, y al igual que el producto anterior, viene de una media hace cuatro años de US$ 365 por tonelada.
Pese a la reducción observada en los precios internacionales de las materias primas, durante el primer semestre la formulación básica de alimento balanceado se incrementó en 5,3%, una tonelada de los macroelementos de la formulación pasó de $1.668.895 a $1,756.768.
De he hecho con una variación distante al resultado del año 2022, en donde, para el mismo período la formulación se incrementaba en 30.4%, y un año más atrás (2021) en 67,4%. En el primer semestre la evolución de la TRM jugo en contra de los productores, algo que, por lo demás, no se visualiza hacia el segundo semestre.
Según el Dane, el Índice de Precios al Productor de alimento para animales, la mejor aproximación a los costos de producción del sector avícola, al mes de julio marcaba un incremento anualizado de 14.85%, ciertamente alto, no obstante, es preciso destacar que para el mismo mes del año 2022 fue de 23,44%. En año corrido, el primer semestre llegó a 4.04%, un año atrás se situó en 17,68%. Esto permite concluir que el impacto en los costos de producción se ha reducido para todos los productores del sector avícola, desde los pequeños hasta los grandes.
Para lo que resta del año, se observa una reducción en los precios internacional de las materias primas, lo que permite asegurar que la tendencia de costos en lo que corresponde al año 2023 estará a favor de los productores.
Según el Dane, el índice de los productos importados en este caso el maíz amarillo y el fríjol soya, marca una reducción en año corrido (al mes de junio) de 11,4% y 12.05% respectivamente. Importante a destacar que la dinámica de transmisión del precio de los insumos al costo de producción del sector toma aproximadamente tres meses, tanto por efecto precio internacional en reducción como por los cambios en el tipo de cambio en un escenario de revaluación del peso.
Esto permite proyectar que, bajo un escenario normal de demanda, y bajo una dinámica de reducción progresiva en los costos de producción, la dinámica de precios de los productos avícolas no genere presiones inflacionarias a los consumidores.
Tampoco se prevé impacto negativo por el cierre de las importaciones de los productos avícolas de países que hayan tenido problemas sanitarios, particularmente de influenza aviar, en especial, porque las importaciones no superan 5,5% en promedio en los últimos cinco años, producto que se comercializa congelado a diferencia del producto nacional que es refrigerado, mercado en el cual la revaluación del peso no hace competitiva a los productos importados respecto a la producción local.