Ventiladores, nebulizadores, áreas de sombra y lavado para proporcionar agua más fresca para las aves. Estas son algunas de las herramientas de primera clase que pueden ayudar a los avicultores a reducir el impacto del calor en el rendimiento animal sin necesidad de grandes inversiones, afirmó el especialista en Ambiente de Cobb-Vantress en Sudamérica, José Luís Januário. Brasil ya vivió cuatro olas de intenso calor hasta el mes de noviembre, según el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet). Estas olas de calor tuvieron un fuerte impacto en el rendimiento de las aves, provocando mortalidad en casos extremos.
Según los meteorólogos del Observatorio del Clima, el calor es cada vez menos una excepción y se ha vuelto más frecuente en las últimas décadas, con temperaturas que alcanzan los 40º C y provocan enormes pérdidas a la agricultura en general y a la avicultura en particular. Para que se hagan una idea, la previsión es que duplicaremos el número de días de calor extremo en el año para 2075. El desafío es enorme con nuevos récords de temperatura y una advertencia de gran peligro para 15 estados y el Distrito Federal emitida por la Instituto Nacional de Meteorología (Inmet).
El calor se intensificó por El Niño, un fenómeno que calienta las aguas del océano y que se espera que empeore. Según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), a medida que aumenta la temperatura promedio global, también aumenta la frecuencia e intensidad de las olas de calor.
Este escenario trae un desafío adicional para el productor que debe enfrentar calores extremos con una frecuencia cada vez mayor en este y los próximos años. Esto se debe a que el estrés por calor afecta el equilibrio metabólico de las aves, provocando pérdidas de rendimiento al principio y mortalidad en casos graves. Por lo tanto, las estrategias de gestión para reducir las pérdidas en los días más calurosos se han vuelto cada vez más importantes. “En primer lugar, el productor debe aprovechar el viento. El almacén debe tener una ventilación satisfactoria, con un número adecuado de equipos de ventilación y contar con nebulizadores, como una estructura convencional y más sencilla, por ejemplo”, afirmó el especialista.
Ventilación del galpón
Januário destaca que entre el 60% y el 85% del calor de la granja lo producen las propias aves. “Cuanto más calor hace, más calor se conduce e irradia hacia los galpones. Y cuanto más calor emiten las aves al medio ambiente. Entonces actuar sobre las aves es una buena estrategia”, afirmó.
El especialista destaca, en los almacenes convencionales más importantes, y también en los más avanzados tecnológicamente, los beneficios de una ubicación este – oeste de los galpones. “Es para que el sol pase en dirección longitudinal al cobertizo”. También destaca la importancia de contar, en promedio, con un ventilador para un área de 50 a 60 metros cuadrados y una boquilla nebulizadora para cada área de 10 a 15 metros cuadrados del galpón.
Según él, es importante ofrecer una velocidad de viento adecuada, de 3,5 a 5 metros por segundo, según la longitud del galpón. “Los intercambios de aire en almacenes con más aire acondicionado, con extractores de aire, deben realizarse desde la entrada hasta la salida en un plazo de 35 a 40 segundos. Por eso es necesario tener una buena velocidad del aire”.
Respecto a la colocación de los ventiladores, Januário explica que deben estar derechos en el galpón con la altura del motor a una distancia de 1,20 ma 1,50 m del piso, formando un ángulo de 90 grados. “Forzar la creación de un posible túnel de ventilación positiva y el intercambio de calor de las aves por convección, es decir, que el aire atraviese el cuerpo de las aves enfriándolas y extrayendo ese calor de alrededor y sobre ellas”.
Y, si por un lado los ventiladores y los nebulizadores son herramientas necesarias para combatir los efectos del intenso calor en el rendimiento animal, por el otro, la sombra con árboles (si es posible), cortinas, pantallas de “sombra” y otros equipos, como cortinas. El revestimiento debajo del tejado y los materiales aislantes en esta superficie, desde el revestimiento hasta el tejado del cobertizo, contribuyen a reducir la intensidad de la radiación solar. “Porque el calor del sol también entra por los laterales y principalmente por la gran superficie de contacto con el ambiente exterior del galpón, a través del techo, donde nuestra atención debe ser aún mayor en las nuevas construcciones. Este calor se suma al calor que ya emiten las aves en el ambiente”.
Agua
Otro punto importante es el agua que beben los animales. Según el experto, la temperatura adecuada para el agua es de 18 a 24 grados. “En los días calurosos el agua se mantiene a temperatura ambiente y es muy difícil mantenerla, por lo que sería necesario enfriar esta agua. Sin embargo, un sistema de refrigeración por agua puede resultar costoso para el productor.
En este caso se pueden mitigar estos efectos con un proceso de lavado, drenando las tuberías de agua para que esté siempre nueva y más fresca. El lavado del sistema de agua debería ser más frecuente en las granjas en primavera y verano”.
Alerta – señal amarilla
Identificar el momento en que los animales comienzan a sentir los efectos del estrés por calor es importante para que el productor inicie un manejo para combatir las pérdidas de rendimiento. “Cuando empiezan a sentir el calor, los animales se alejan unos de otros, empiezan a extender las alas y a respirar un poco más cansados. Son las primeras señales de que el estrés está apareciendo”, afirma José Luis.
Según él, el pico abierto indica que las aves ya han comenzado a perder calor, y el número de aves está aumentando en esta situación, “por lo que comienza a comprometer el metabolismo y el equilibrio termorregulador de las aves. El ave entra en estrés por calor, poniendo en marcha todo el mecanismo de pérdida de calor a través de la forma evaporativa del sistema respiratorio, luego comienza a tener dificultades para ganar peso, reduce la productividad, entra en agotamiento y puede llevar a la mortalidad por colapso cardíaco y respiratorio en casos más graves.”
La tendencia de las inversiones en tecnologías de aire acondicionado
El experto subraya, sin embargo, que estos consejos son iniciativas de “primer minuto”, como se menciona al inicio del texto. “Son medidas que ayudan a los productores a reducir el impacto del calor extremo en los galpones convencionales sin necesidad de grandes cambios. Sin embargo, cabe destacar que las inversiones en tecnologías de aire acondicionado han sido más eficientes y tienen un buen retorno de la inversión”, afirma.
Destaca los modernos equipos de aire acondicionado, como extractores de aire y paneles evaporativos que enfrían el aire que ingresa al gallinero, por ejemplo. “Son más caras, pero más efectivas, más eficientes. Y creemos que sería una mejor opción para quienes están estudiando, ya sea para mejorar rápidamente o no”.
Considerando la perspectiva de los meteorólogos del Observatorio del Clima de un aumento de los días más calurosos a medio y largo plazo, Januário apuesta a que pequeños cambios en las mejoras, o la transformación total al aire acondicionado, serán una de las herramientas más importantes para la evolución del clima. procesos, construcciones, gestión y mejora de las relaciones entre los aspectos constructivos y de desempeño, la sostenibilidad, el bienestar animal y, sobre todo, la eficiencia productiva de nuestra avicultura.